
Hay muchas páginas web que presentan un diseño minimalista, puede parecer que sea una moda, que un diseño con pocos elementos bien ordenados es bonito, pero a mi entender es mas bien eficacia. Mostrar lo que realmente interesa y no despistar a un usuario con múltiples opciones innecesarias o adornos superfluos sin duda es una buena manera de acercar al éxito el sitio web.
El minimalismo en el diseño web tiene una filosofía de trabajo muy clara, se trata de eliminar todo lo superfluo y dejar en pantalla disponible al usuario solo lo imprescindible.
Aunque parezca a simple vista una tarea fácil, no lo es y requiere analizar en profundidad el motivo por el cual se diseña el sitio web, entender al usuario tipo y los flujos necesarios para conseguir los objetivos que se persiguen. Este proceso de análisis y síntesis lleva al cruce de caminos para conseguir conversiones con las mínimas opciones imprescindibles y fáciles. Casi que fluya de manera intuitiva para el usuario.
El minimalismo como filosofía de trabajo siempre debe partir desde la reflexión, ¿qué nos acerca a un objetivo?, ¿qué debemos hacer para conseguirlo? Es a partir de ese momento donde el minimalismo en el diseño web nos hace pensar ¿lo que mostramos en pantalla nos acerca a conseguir el objetivo?, ¿para qué es útil lo que mostramos, qué cubre o, por el contrario, es prescindible? Como puedes ver, estas reflexiones iniciales ponen en el centro de las decisiones tanto los objetivos que perseguimos como al usuario que debe realizar las acciones en la web.
El minimalismo no es solo dejar muchos espacios en blanco, utilizar una paleta de colores reducida de tonos suaves y poner textos escuetos como si fueran teletipos. El minimalismo en el diseño web es presentar lo imprescindible, eliminar lo superfluo para que un usuario pueda de manera fácil y eficaz llevar a cabo cualquier acción, desde que entra por primera vez, hasta que consigue lo que pretende.

Albert Gimeno, diseñador y consultor web.